Precoz

Llevan días comentando lo de esas pastillitas de los cojones, nunca mejor dicho, que previenen la eyaculación precoz y anda la Eternidad muy revolucionada: que si deberían haberlas sacado antes, que si no se vale, que si no hay derecho, que si ya te digo. La verdad, yo, que fui precoz en todo, también lo fui en esto. Pero no me preocupó nunca una mierda. Al fin y al cabo, siempre les dije que lo primero era yo y después ya se vería. Si hasta las conversaciones, sólo me interesaban cuando hablaba yo, si no me aburría. Yo no engañé a nadie.
Estas chorradas sólo sirven para que se forren los laboratorios. El que quiera comprensión que se busque un traductor, no te jode. Y llegado el caso, primero que disfrute uno y luego que disfrute el otro, cojones. No vengan ahora con presiones, que si yo no he notado nada, que si yo no gozo. ¡A cagar a la playa!
Querido becario, aprende esta lección: si no te preocupas por lo tuyo, no habrá Dios que lo haga. Dale a los pedales.

Más amor

Desde esta plácida Eternidad en la que me hallo, no creáis que no nos preocupan los asuntos del mundo. Aquí hay como unas pantallas gigantes que flotan, sin botones ni nada, y las imágenes van pasando: zambombazo, huracán, elecciones no sé donde, escándalo acullá, otro zambombazo, etc. Eso en las pantallas dedicadas a la actualidad. Afortunadamente hay pantallas para todos los gustos, de cocina, de música, de bailoteo. Mi favorita es la de cine clásico, con sus películas en blanco y negro, Clark Gable, Claudette Colbert, Bette Davis. Romances clásicos que se viene llamando. Porque eso es lo que necesita el mundo: más romance, más amor. La gente ha de amarse, y luego follar naturalmente que, si no, no tiene gracia. Y casarse, no les pase lo que a mí, que me quedé soltero y así me fue, que me señalaban por la calle. ¡Con lo bonito que es el amor! Vean, vean y oigan. Niño, dale a los botones.

Filosofando

Estaba paseando el otro día por la Eternidad cuando me cruzo con Platón, nen, (aquí te puedes cruzar con la flor y nata de la filosofía) y me dice "¿Qué haces, Pepe?", son muy campechanos los filósofos, y yo le contesto "Pues dando un paseito. Yo era muy dado a pasear por mi barrio, la Barceloneta, y también por las Ramblas, para ver un poco el puterío y esas cosas. Aquí hago lo mismo, para no perder la costumbre". "¿Qué es ese objeto que te llevas a la boca?" me pregunta, y le digo "Esto es un cigarro, Platón, aquí puedes fumar lo que te salga de los huevos que no te pasa nada". "¿Y no es esa costumbre la que te ha traído aquí?", ya estaba tocando los cojones un poquito el Platón con tanta pregunta, así que le contesto "pues vaya filósofo de mierda, no sabes que el ser humano ama por igual lo que le beneficia y lo que le destruye", a lo que Platón nada respondió, diose la vuelta y siguió su camino. Aprende esta gran lección, becario: en el devenir muchos intentarán decirte lo que debes hacer, pero tu haz lo que te salga de la polla. Dale al play.

No hay dos sin tres

¡Esto se anima! Como no para de llegar gente, que si actores, que si cantantes, que si escritores, que si otras gentes de mal vivir, pues están pensando en poner aquí una zona vip de llegada, con su alfombra roja, su mostrador y su catering, por aquello que la transición, ¡el traspas!, les sea más llevadero, menos traumático. Que digo yo que ¡Qué cojones! ¡Podían haberlo puesto hace unos meses! La cuestión es tocar las pelotas. A los pobres ni agua. Ya lo dijo aquel, que si la mierda valiera algo, los pobres naceriamos sin culo.
Pero bueno, no me quejaré porque a la idea ya venía acostumbrado. No puedo decir que me pillara de sopetón. Así que ahí va otra charla y hasta la próxima. Niño, dale al manubrio.